Posicionar los dedos para que por ellos pase la energía de una manera determinada. Eso es un mudra. En sánscrito el término significa actitud o gesto simbólico. Son tantos y para tantos fines que podría dedicarle todo un blog. Al principio los hacía por mímesis, porque así juntaban las manos mis maestros, pero con el paso de los años los mudras se han convertido en una herramienta para el equilibrio y la toma de conciencia. Por eso he llegado a sentir que los mudras son ejes para las asanas (posturas). Cada mudra tiene mitología y propiedades particulares. El más conocido es el namasté mudra, o mudra del amor y la amistad, que se hace como reverencia al comienzo y final de muchas asanas y con el que se inicia y agradece la práctica. Por el comienzo de Kusuma, namasté.
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